Comienza una celebración

Aug 4, 2017

Festividad en honor a Nuestra Señora de los Ángeles

Noche en la que una comunidad no duerme, noche que se disfruta

Por Juan Alberto Vega [Albar Says] para www.tepotzotlanpueblomagico.org

 

Con la llegada del 24 de julio, en el pueblo de Cañada de Cisneros comienza a escucharse el retumbar de los cohetes. Las calles son adornadas de azul y blanco, la comunidad comienza a disfrutar de las tradiciones y la religiosidad que gira en torno a la celebración de Nuestra Señora de los Ángeles.  El pueblo se distingue por celebrar una pintura en la que aparece la Virgen María de pie, rodeada de Ángeles y coronada por la Trinidad, la iglesia en forma de cruz latina se observan diferentes altares estilo neoclásico tardío, muros de piedra y cúpulas de azulejo.

Esta comunidad cambió de advocación después de su construcción del actual templo, puesto que se veneraba Nuestra Señora del Refugio, misma que es celebrada en Bo. De Capula, de esta forma buscó no empatar las festividades con las mismas de uno de los Barrios del municipio. La preparación de la celebración comienza nueve días antes, el terruño comienza a disfrutar del placer de un alma que se encuentra con la devoción por una madre, puesto que para dicha comunidad la Virgen acoge a pecadores y a santos, no importa la trascendencia de su corazón, siempre es el mejor espacio para disfrutar y vivir.

 

Durante los nueve días de preparación, el pueblo se reúne en la iglesia de la comunidad para las celebraciones eucarísticas en honor a su patrona. En las casas, principalmente de los barrios de San José y San Bartolo, una tradición comenzó a tomar fuerza en las últimas décadas. La historia cuenta que en décadas anteriores, la familia Quijada Fuentes solicitó a los entonces delegados del pueblo, el permiso para realizar un baile y con las ganancias recaudadas, se pudiera comprar una imagen de Nuestra Señora de los Ángeles que peregrinara por las casas. Entonces dicha familia comenzó a llevar la imagen de madera por las casas.

La noche del primero de agosto, acostumbra reunirse ambos barrios, en la casa de Félix Quijada para realizar una misa y así agradecer el apoyo de la comunidad. Flores color blanco, cohetes y banda son convocados, de igual forma recolectan, se prepara café, atoles y tamales que se ofrecen para convivir y así unir a la comunidad.  Al concluir la misa a las diez de la noche, la imagen es llevada con gran atisbo y alegría en una procesión que es acompañada con luces de bengala, cohetes de trueno y luz, banda y cantos que anuncian la alegría en la comunidad. Las mujeres principalmente cargan la imagen de Nuestra Señora de los Ángeles, gritan vivas y porras, se detienen por breves momentos para observar la pirotecnia a manera de canastillas que rompen la oscuridad.

A la llegada a la iglesia, los fuegos pirotécnicos no se hacen esperar, se disfrutan e iluminan los rostros que agradecidos, son lanzadas bombas japonesas y cadenas de cohetes que iluminan el atrio arbolado de la comunidad. Esta es la forma en que el barrio acostumbra año con año entregar la imagen que ha recorrido los diferentes barrios y se presenta en la iglesia para ser homenajeada.  Una vez que ingresan a la iglesia, la banda comienza a tocar las tradicionales mañanitas, el aroma a rosas, nardo e incienso, permite que la comunidad disfrute al máximo de una esencia que se disfruta año con año los primeros días de agosto.

Después de un par de melodías que entona la banda (Dios Nunca Muere, Felicidades) la agrupación musical se despide y entonces toca el turno a la comunidad de cantar las mañanitas a capela o acompañados por diferentes grupos que agradecen a la Madre del Cielo por el placer se ser la devoción de la comunidad. A la una de la madrugada el pueblo se reúne para la celebración eucarística, entonces el pueblo participa del banquete acompañado con el coro de la comunidad, medita con alegría de la tradición y al mismo tiempo participa con la fe que siempre le distingue.

Inmediatamente que termina la misa, ingresa el mariachi que alegres entonan una serenata de madrugada, para confirmar el amor de una comunidad. Durante aproximadamente media hora, los mariachis entonan canciones con temas religiosos que deleitan a los presentes y así ellos atienden  a la comunidad. Su espectáculo no termina en este punto, con la alegría de una comunidad festiva, continúan alegrando al pueblo en un templete en el estacionamiento de la comunidad y entonces se puede disfrutar de la alegría de un pueblo que disfruta y canta al son de Jalisco.

Las diferentes comunidades vecinas, entre ellas San Miguel, el Bo. De la Concepción realizan su acto de presencia e ingresan cantando acompañados de sus diferentes estudiantinas, o con instrumentos populares (panderos y guitarras principalmente) de esta forma se unen a la comunidad para participar de la festividad y así al concluir los cantos, los habitantes de Cañadas les ofrecen tamales, atole y café a manera de agradecimiento por participar en las tradiciones de la comunidad.

Al despuntar el alba, el pueblo sigue de fiesta. Se deja observar con alegría la portada floral que año con año sorprende a la comunidad, también se disfruta de la llegada de la banda de viento que ha de permanecer la todo el día deleitando a la comunidad con valses, sones y marchas. Las campanas no dejan de sonar durante la mañana y los cohetes de tronar para anunciar la alegría, poblados como Santiago Cuautlalpan, acostumbrar visitar en este día a la comunidad acompañados de la imagen de su Santo Patrono, dicha comunidad acostumbra llegar caminando por el camino viejo que une a la comunidad y llegar a la misa del día.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  

Al medio día, las comunidades vecinas se reúnen en el campo deportivo, para emprender una magna procesión y así acompañar a la comunidad en sus fiestas. Al llegar al centro de la comunidad, se disfruta de la misa del día que es precedida por diferentes sacerdotes. Toca el turno de la convivencia en el atrio de la comunidad y las diferentes familias ofrecen, pollo, mole, guisados, carnitas, agua y refresco a manera de agradecimiento por participar en las festividades.

Sin lugar a dudas es un día largo, es una noche que se ilumina con el color de los cohetes y es un día en el que la fe y la alegría se disfrutan al máximo.

 

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