Triduo pascual; tradición en el altar

Apr 6, 2015

Tradición viva y actual que une a las diferentes comunidades.

Triduo pascual; tradición en el altar.

[Jueves santo ]

Tradición viva y actual que une a las diferentes comunidades.

Por Juan Alberto Vega Barreto [Albar Says] para www.Tepotzotlánpueblomagico.org

“En la Cena del Cordero y habiendo ya cenado, acabada la figura, comenzó lo figurado.” [Himno de las vísperas de la liturgia de las horas]

[Jueves 2 de abril de 2015]

El jueves santo es el día en que inicia el triduo pascual; la tradición Judio cristiana festeja la pascua o paso del señor a lo largo de tres días, también se le conoce como triduo pascual. La tradición surge desde el antiguo testamento, es regido por un calendario lunar y para algunos pueblos; es la festividad que demarca el inicio de la primavera, la llegada triunfal del astro rey, el recuerdo de la salida de Egipto y la acción redentora del Hijo de

Dios. Entonces hay mucho por recordar en tres días.

Para los católicos es un día culmen y de festejo; Cristo instituye la eucaristía, también el orden sacerdotal y la importancia de la oración en la iglesia. Por las mañanas en las diferentes diócesis se festeja la misa crisma, acción en la que el obispo bendice el óleo que ha de servir a lo largo del año; para bautizos, extremaunción, ordenaciones religiosas o sacerdotales, en fin.

Crisma quiere decir olor a cristo y a Tepotzotlán le corresponde la diócesis de Izcalli, en esta ocasión la primera misa crismal que preside Monseñor Francisco, primer obispo de dicho territorio. A la misa acuden diferentes matrimonios de las comunidades, ellos son enviados por los diferentes párrocos y su tarea es custodiar la esencia.

El aceite es presentado a la comunidad y es el primer rito que celebra la iglesia. Hoy es el último día en que se escuchan campanas en las comunidades, por estos tres días se usara una matraca, o el reloj y una muy buena memoria para asistir a los ritos. Los cristianos inician un luto con la cabeza en alto.

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Otra tradición acostumbra levantar monumentos en honor a la eucaristía, estos espacios serán destinados para poder velar en la noche la memoria del salvador: las hostias consagradas.

Los monumentos son una verdadera obra de arte; las velas, los panes, la fruta, todo para horrar y festejar al manifiesto. Todo lo necesario para el altar, es donado por las diferentes personas del pueblo, todas llevan las flores, los trigos germinados, las velas, los panes, la fruta: el objetivo es que por este día la iglesia se observe fresca, vivaz, a la altura de la ocasión. Al retirar el monumento; las personas llevan a sus casas lo ofrendado y lo usan en tiempos de miedo, calamidades o tempestades, para recordar la fe propia.

El mana o las hostias suelen acomodarse en una urna; es el último día en que se consagran la eucaristía, el viernes la iglesia no realiza misa, únicamente un rito que sirve para conmemorar la muerte de cristo. Por ello deben de prever un copón con las que se crea necesitar en los siguientes días.

El altar debe de permanecer en completa desnudes; sin velas, manteles o flores, el festejo tiene una paradoja; acompañar en la soledad al redentor. Recordar la noche en que el Hijo del Hombre siente que el miedo le acompaña, que habita en él la desesperación y quiere abandonar su misión, sabe lo que le espera, pide que incluso se aparte el cáliz en el cual vertió su sangre, pero que no sea su voluntad la que reine.

Anteriormente y son pocos los pueblos en Tepotzotlán que conservan la tradición de velar toda la noche, ahora la mayoría de los pueblos espera la llegada de la media noche, es acompañar y manifestar su fe. Ya sea por grupos, por encomienda, por ministerios, a todos los que militan en las diferentes iglesias les es encomendado el velar como mínimo una hora de la noche.

Avivar el espíritu y fortalecer la fe de la iglesia, ese es el deseo de esta luna. Incluso la noche se siente taciturna, melancólica, espera el alba con detenimiento, la luna acompaña el dolor de aquel que quiso hacerse hombre y experimentar en carne propia el miedo, la desesperación.

*** En algunas comunidades de los pueblos altos; llegan misiones de los diferentes puntos de la ciudad, todos buscan vivir de una forma la tradición y observar, aportar algo que pueda servir a la tradición. En esta ocasión un grupo de jóvenes que militan en un grupo de evangelización llegaron a la comunidad de Cañada de Cisneros, ofrendaron manzanas a los moradores y se acomodaron para participar en el salón parroquial. El alimento corre de manos de los oriundos y su principal labor es realizar actividades con los militantes de la comunidad, participar en los ritos y sentirse miembros de un pueblo mágico. El pueblo los recibe con alegría, para ellos es un placer compartir las tradiciones con jóvenes, observar que pueden pregonar que los tiempos son difíciles, pero algunos pueden levantar la mano y realizar obras altruistas. Al llegar la media noche, los diferentes pueblos se encuentran en un silencio total, todos saben que el día que sigue amenaza con ser cansado, en las diferentes actividades y propuestas, todos esperan vivir las tradiciones a su modo, con un estilo peculiar que distingue a cada pueblo, en cada comunidad, recordar y vivir las tradiciones, todos saben que son días en que la tristeza y melancolía arropa el alma.

 

 

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