Para cerrar actividades.

Dec 21, 2015

El Museo Nacional del Virreinato concluyo sus actividades con alegrí­a y la promesa de estar de regreso con más actividades.

Las últimas actividades del MNV.

Por Juan Alberto Vega [Albar Says] para www.tepotzotlapueblomagico.org


Domingo 20 de diciembre del 2015. El Museo Nacional del Virreinato cierra actividades culturales llenas de emoción, enfatizó en su trabajo a lo largo de este año y promete regresar con más fuerza, con novedades  y en la consolidación de proyectos que se pudieron observar en este año.

Ubicado en el centro de Tepotzotlán el MNV es un referente cultural para oriundos y visitantes, es la máxima casa de cultura del municipio que forma parte de los pueblos mágicos del Estado de México, este año se despidió con actividades para que las familias se congregaran y nadie se quedara fuera de lo que ofrece el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Pastorelas y conciertos fueron los ingredientes perfectos para así despedir el año, sin importar el frio o el calor, el público se congrego para así observar con alegría y entusiasmo todas las actividades preparadas.

Las actividades empezaron a las 12 horas con la antipastorela; “Las tentaciones del Don”. La idea original de Christian Morales, fue desarrollada por una compañía que en otras ocasiones se ha presentado en este espacio y en cada ocasión lo hace de la manera más directa; con grandes elementos de crítica, de opinión y sobre todo que incita a los presentes a reflexionar sobre el mundo en el que nos encontramos, los valores que conviven con la tiranía del gobierno, entre mucho más. Compañía JADEvolución- arte, la dirección fue por parte de Donnovan Santos, además de la presentación, fue la oportunidad más propicia para develar la placa conmemorativa por las 100 presentaciones de esta Antipastorela entre los años 2013 – 2015.

Una forma para unir a la familia, congregar los sentimientos y dejar aflorar los pensamientos;  fueron los últimos concierto del año. La temporada navideña no se podía quedar atrás, las canciones propias de esta temporada del año, los villancicos, las castañuelas y los pregones por la paz, formaron parte para despedir el año.  

A las 13 horas se ofreció un concierto por parte de  Orfeo Catalá de México,  en la plazoleta del acueducto.  Interpretaciones fuera de lo habitual, aquellas que usualmente no suelen formar parte de los repertorios: el “Cancionero de Uppsala (1556)” que recoge una serie de villancicos que fueron tocados durante el siglo de oro español. Entre las interpretaciones se escucharon: No la devemos dormir, anónimo. Rey a quien reyes adoran, anónimo.  Verbum caro factum est, ¿Mateo Flecha, el viejo? Alta reyna soberana, anónimo.  Gózate Virgen sagrada, anónimo. Un niño no es nacido, anónimo.  Entre muchas más interpretaciones.

A las 14: 30 horas Tata teatro, regreso al escenario como ocho días antes. En esta ocasión una pastorela tradicional que enriquece y afronta la realidad en que vivimos. Un ángel homosexual, unos diablos que intentan evitar que lleguen los pastores a su destino, la mujer menos esperada que descubre a los diablos y sus sañas. Con la combinación perfecta; personajes,  melodías y vestuarios, lograron que esta pastorela lograra una amplia asistencia en las dos ocasiones que se presentó en este espacio.  Cabe resaltar que Tata teatro son originarios de Tepotzotlán y con su arduo trabajo, logran que la perspectiva juvenil sea incluida en los espacios culturales cercanos.  Es por ello que en el tiempo que han recorrido el camino teatral, han logrado que  diferentes espacios les abran la puerta e inviten a formar parte de ellos,  en la actualidad, además de presentarse en este espacio, cuentan con el Hotel Gran Real que les ha cobijado y abre sus puertas para sus presentaciones.

Por la tarde; las puertas del Templo de San Francisco Javier abrieron sus puertas para ofrecer el último concierto del año. El Ensamble Coral Mexiquense abrió sus gargantas y deleito a todos los que se decidieron a escucharlos.  Los villancicos tradicionales formaron parte del repertorio, la dirección esplendida del maestro Antonio Sánchez Cruz, permitió una cercanía directa con el público y con sus intereses.

Al terminar el concierto, la tradicional posada y rompimiento de la piñata, fue ameno y con ello se cerraron las actividades del Museo Nacional del Virreinato.

 

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