Un concierto como ningún otro.

May 12, 2016

Te quiero porque tu boca sabe gritar rebeldí­a

   Una temporada de conciertos única.

Por Juan Alberto Vega Barreto [Albar Says] para www.Tepotzotlánpueblomagico.org 


Tu boca que es tuya y mía 

tu boca no se equivoca 
te quiero porque tu boca 
sabe gritar rebeldía... 
Mario Benedetti 


En los conciertos del Museo Nacional del Virreinato, se han visto de todo lo que puedes imaginar, pero el domingo 8 de mayo de 2016 fue único. El concierto se efectuó en el Templo de San Francisco Javier en punto de las 13 horas fue inolvidable. En los conciertos que se efectúan podrás observar la interacción por parte de los artistas, con los propios artistas, pero mirar a los artistas interaccionar y volver al mismo tiempo sus cómplices a los visitantes es un placer que puedes disfrutar en Tepotzotlán y sus actividades culturales.


 

La primera parte del concierto fue efectuada por Kárites. La característica de este ensamble de voces es la pasión y dinamismo que expresan mediante la perspectiva de sus voces. El 8 de mayo, las pudiste mirar con un vestido azul uniforme en todas, pero cada una le impregno su propia voz y estilo en el recinto. Las miradas de los asistentes percibieron el sentir de las musas y su pasión en cada nota que pronunciaron.


 

Kárites cuenta con 10 años de trayectoria, fueron fundadas en el 2005 y han aprendido a trabajar con diferentes directores, pero su estilo sigue el mismo camino que inscribieron hace más de una década; música Latinoamérica e indígena, esta es una voz que exalta a las mujeres y a la par a los indígenas. Ese puede ser el nicho en el que ellas mismas se han colocado y que trabajan para que la los espacios en que pisan conozcan la riqueza que es ser parte de indígenas y de la grandeza de ser mujer.


 

Pero con una mancuerna perfecta: llegó el momento de Metsi- Dehu, coro independiente. Ellos son conocidos de la casa, su presentación está de más y se han presentado en los encuentros de años pasado, esto porque son originarios de Tepotzotlán y su director: Fermín Rivera aman a Tepotzotlán.


 

Para no desentonar con lo que el predecesor realizó, su presentación fue en la sintonía que les caracteriza, sones latinoamericanos y nacionales. Pero claro los arreglos fueron preparados por el director que es así como realiza su aporte creativo y profesional en sus presentaciones. Cabe resaltar que este coro realizó su presentación de forma no tan dinámica como en otras presentaciones, la seriedad fue parte de su rostro y al mismo se les observo con placer y que disfrutaron de cada melodía.


 

Al llegar al final del concierto, el coro comenzó a entonar un verso del poeta Uruguayo, Mario Benedetti. En dicha melodía, se evocaba al amor, a la rebeldía que este motiva y mueve en los corazones de las jóvenes generaciones, que a los que han sentido el vendaval en el corazón, saben que las expresiones evocadas, son parte de cada pregón y al mismo tiempo son secretos que han de quedar en cada suspiro. Pero lo sorprendente fue que entre las estrofas y los coros, el joven director se puso frente a una dama, la atrajo al centro del escenario y prosiguió con la interpretación, no hacía falta que los presentes conocieran sobre su relación o sentimiento; la caridad de las acciones era para que todos conocieran que formaba parte de una dedicación colectiva. La verdadera sorpresa fue cuando en la última parte de la misma; Fermín se puso de rodillas y saco de su bolsa una cajita de esas negras y terciopelo dentro que pregonan a los que las han visto que forma parte de un compromiso. Se puso con una rodilla al suelo y continuo el verso: “Te quiero porque tu boca sabe gritar rebeldía.” Los asistentes fueron testigos, los retablos las estrellas que confirmaron que era una propuesta que sale del corazón y que únicamente un artista sabe concretar. Claro los suspiros y las miradas no dejaron de ser los fieles seguidores de la escena, momento que en ocasiones vemos en películas o que nos relatan, pero que formar parte de ellas es saber que la eternidad es algo presente. La melodía termino y un beso fue la respuesta que todos querían ver y que el corazón de los enamorados esperaba.


 

Después delos suspiros, de la inflamación de la pasión, la catarsis llego a su fin y la despedida del concierto fue la que conocen los que han presenciado un concierto en Tepotzotlán, la invitación a no perderse estos detalles sorprendentes, a vivir y ser testigos de los sentimientos de aquellos que saben sorprender al público y que sobre todo que el visitante viva en carne propia las emociones de los enamorados. Es así como el concierto culmino y la temporada vio su final. Una boda artística y cultural en un templo que fue consagrado para elevar el espíritu a lo divino y que ha de quedar en la memoria de los presentes.  

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