Reflexión y acción

Mar 1, 2017

De figuras y otras magias, No. X

Días de paz

En la opinión y memoria de Juan Alberto Vega Barreto [Albar Says]  para www.Tepotzotlánpueblomagico.org

"El hombre que ha empezado a vivir seriamente por dentro, empieza a vivir más sencillamente por fuera". Ernest Hemingway

Llega la cuaresma, los días en que para los creyentes se conmemoran los pasos en que Cristo medito y hablo con su padre,  es el recordar la tentación viva y ha de concluir en la Semana Santa.  Para los judíos, el numero cuarenta es algo simbólico, suele ser entendido como “algún tiempo”. En varias ocasiones la biblia suele hablar en códigos numéricos, o con traducciones que tienen una profundidad que va más allá de lo que puede ser para nuestros conceptos actuales. Es por ello que son estos cuarenta  días los que anteceden a la pascua, que quiere decir paso del señor. Durante estos días los fieles acostumbran sosegar su alma, alimentar el espíritu y entrar en un estado de gracia con Dios, con el prójimo –que es lo que sería indicado-, con la naturaleza y aquello que nos rodea.  
Hablar de fe, en muchas ocasiones es la puerta para entrar en el meollo del conflicto, es la tentativa en que las opiniones son diversas sobre Dios. Sin embargo, este mismo concepto divino, es el que nos orilla a que el hombre profundice en su ser, se estudie y tenga un nuevo nacimiento; o lo que puede ser entendido como una resurrección. Es por ello, que en los diferentes cultos, siempre se hablara sobre este tema de manera sustancial y el tiempo de meditación, preparación o transmutación. Es por ello que al escuchar la palabra cuaresma, algo que suele venir a nuestra mente, es pensar en meditación, entrar en un tiempo de abstenerse  y encontrarse en soledad.
Es salir de la rutina, buscar un nuevo concepto y creación, es por ello que siempre es oportuno en estas fechas tocar las puertas dela fe. Profundizar en el motor y mantenimiento del hombre, para volver de las tinieblas que pueden nublar nuestros mundos.
Tepotzotlán es el lugar indicado, gracias al silencio que guarda en cada una de sus calles, la paz en la sierra, las comunidades en aquellas que parece el tiempo haberse detenido. Las aves migratorias que puedes encontrar, en la arquitectura que es un legado histórico, las tradiciones pueden ser también ese espacio para olvidar por un momento; el trabajo, la rutina, lo que nos causa conflicto y así estar en armonía con el ente supremo, pero sobre todo con nosotros mismos, puesto que no hay mejor almohada, que la conciencia tranquila.
Sin importar cual cuál sea la fe que profeses, el credo que defiendas o el espacio en el que milites. En los lugares de Tepotzotlán, son espacios en que la naturaleza sigue viva, en el cual el silencio es la puerta para recobrar aquello que tu elijas, yo siempre voy a recetar unos días en Tepotzotlán, en los espacios pintorescos y detalles que conserva intactos. En los retablos que son testigos de lo que puede crear el hombre siempre que tiene el soplo divino en sus venas. Ya sea solo, acompañado, en familia,  caminar por los campos siempre te devolverá la energía que creas te hace falta, o te permitirá encontrar al ser supremo, o como elijas llamarle. 

Advertising