Viernes de Dolores; fe, alegría y tradición
Por Alberto Vega [Albar Says] para www.tepotzotlanpueblomagico.org
Una diminuta capilla precede el centro de la comunidad de Los Dolores, en diseño de una nave rectangular interior logra albergar a poco más de cien personas. Sus cinco ventanas iluminan el oscuro y fresco interior, en ellas han sido colocadas imágenes de los santos de devoción popular de la comunidad; San Judas Tadeo, Nuestra Señora de Guadalupe, El Sagrado Corazón de Jesús, Nuestra Señora de los Dolores y Nuestra Señora de Lourdes. El presbiterio en un nicho de madera y cristal, se encuentra precedido por una imagen de bulto de La Dolorosa y en el remate se observa un Crucificado de madera. De frente a la derecha, comparte protagonismo la titular de la capilla con una litografía de la Virgen de Guadalupe, reina de México y Emperatriz de las Américas.
El diminuto oratorio, unos salones parroquiales, un kínder, la primaria, el casco de la ex hacienda, unos almacenes de cereales, la cancha y el kiosco forman parte del centro de la comunidad. Sin importar las proporciones de los edificios, la vida en la comunidad converge en torno a estos edificios que han ido modificándose con el paso de los años. En las últimas dos décadas, la avenida principal ha sido pavimentada, la electrificación ha proliferado y la comunidad ha despuntado como un centro floricultor.
Fiesta Por Un Día
Los Dolores son la ranchería más retirada de Tepotzotlán y una vez al año engalana el último viernes de cuaresma para Celebrar a Nuestra Señora de los Dolores. La festividad es conocida como viernes de Dolores y en el centro de la comunidad se reúnen; rancheros, agricultores, campesinos de Villa del Carbón, Tepotzotlán, Tepeji de Rio y otros municipios cercanos. Por dos días la comunidad comparte su credo, sus tradiciones, actividades ecuestres, competencias deportivas y torneos de gallos y toros.
Una noche antes (el jueves) se acostumbra realizar una procesión por la avenida principal, en ella se alumbra el camino con veladoras y arena. Al llegar a la capilla, la comunidad celebra la eucaristía y espera la media noche para el espectáculo de pirotecnia, de igual forma al marcar las cero horas, la comunidad toca las campanas y eleva sus voces entonando las tradicionales mañanitas.
El viernes por la mañana arriba la banda de viento, misma que ameniza la festividad desde el kiosco. Las casas aledañas al centro cocinan guajolotes y mole, gastronomía típica de la comunidad.
Honor a quien honor merece
La pequeña ranchería ha enriquecido sus tradiciones con el trabajo de los profesores de la Escuela Primaria “Emiliano Zapara Salazar”. En muchas ocasiones el sector No. XI designa a educandos provenientes de las Escuelas Normales de diferentes estados de la república, en muchas ocasiones se avecinan y forman parte de la comunidad. Con el paso de los años se han convertido en los responsables de las actividades deportivas abanderadas por el slogan “Una luz por Los Dolores”, su convocatoria y gestión ha posicionado la ranchería como un atractivo en el deporte, al realizar carreras de diferentes categorías y por albergar parques especializados en actividades de aventura o recreación.
